martes, 12 de marzo de 2013

Mataba


Mataba, y mataba, y mataba, y mataba, y mataba, y mataba, y mataba. Y venga matar. Yo soy una mujer de mi casa. Pero aquella criada gorda no hacía más que matar, y matar, y matar el trabajo. Estuviera yo donde estuviera, venía y empezaba a matar. Mataba el servicio, todo él, no le gustaba hacer. ¿Despedirla por eso? Hubiera tenido que pagarle sus tres meses. Además hubiese sido muy capaz de echarme mal de ojo. Hasta en el baño: que si esto, que si aquello, que si lo de más allá. Le metí la arma en el cuello, acabé por yo mismo asesinar la. Murió de eso, e no podía más matar el trabajo: ¿y cuanto a mí? Se guardé las palabras por dentro y nadie sabía lo que pasó. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario